¿Cómo activar ese espíritu indómito en mí?

La naturaleza salvaje es un paisaje metafórico, es donde te encuentras en tu vida cuando estás entre una fase o una identidad mayor y la siguiente. Esto sucede cuando hay una pérdida. Las perdidas que te cambian la vida tienen orígenes muy distintos: la perdida de un trabajo, la perdida de una creencia, la perdida de la salud, la perdida de significado, la perdida de una persona que era central en tu vida. Sea cual sea la perdida, lo más importante es darse cuenta de que todo aquello por lo que uno se conduele, aquello que ha perdido, también es la noción de tu viejo yo. ¿Quién soy yo ahora que no tengo la relación o el trabajo o las creencias o la geografía que me definían?

Estás en una encrucijada y debes decidir que dirección tomar. Es hora de hacer tu propio camino, cuando no sabes lo que sucederá o cómo cambiarás. Es el momento de la transición. Puede ser la hora de confiar en el instinto o en una profunda curiosidad. Quizás descubras una parte importante de ti misma en la naturaleza salvaje o pierdas el rumbo y te pierdas tu. Estás en la naturaleza salvaje cuando has abandonado “ quien” eras, y no hay vuelta atrás. Es el momento en que no existe un rumbo definido que tomar y los demás pueden opinar, pero no saben nada.

Puede ser el momento de poner atención a tu brújula interior de la intuición, mientras vas en la dirección por la que tu alma se siente atraída, o notas que tu cuerpo-psique reacciona a cada paso que vas , o dejas que el “suave animal de tu cuerpo ame lo que ama” (del poema “Wild Geese” de Mary Oliver), prestar atención, detenerse cuando se pueda de vez en cuando, como si estuviera en un vecindario desconocido, avanzar cuando algo instintivo en ti te dice que todo está bien.

A continuación, te propongo algunos ejercicios para desarrollar la intuición (esta nos proporciona en cada momento la integración de   nuestra información consciente que proviene de nuestro intelecto, mente o razón, más la información inconsciente así como la del inconsciente colectivo), y que como los músculos necesita ser usada para conseguir un mayor rendimiento.

  • Date cuenta de tu primera reacción habitual a la perdida no deseada o al cambio inesperado. La primera perdida o incertidumbre sobre lo que va a suceder a continuación empieza en el nacimiento. La analista jungiana Marion Woodman, comenta que el modo en que emergemos del útero se convierte en el modelo de transición posterior. Si existe un patrón que empieza con el nacimiento y puede ser repetido a lo largo de la vida, reconocerlo puede ser el primer paso para cambiarlo cuando no sirve o valorar si este facilita el transito de un estadio al siguiente.

– ¿Cual es tu reacción habitual a la perdida no deseada o al cambio inesperado?

Cuando te encuentras en una zona de transición ¿cómo reaccionas?.

Los detalles concretos o el paisaje de esta nueva naturaleza salvaje puede ser distintos, pero el modo en que reaccionas (cómo piensas, sientes y te las arreglas) puede ser iguales. Y además puedes hacerlo de un modo disfuncional, si no has aprendido de las experiencias pasadas. Como dice el filosofo George Santayana: “ Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”.

  • Reconoce tu intuición. Date cuenta de que está ahí, disponible para ti. Déjate venir un momento en cual seguiste tu intuición y te condujo a una solución optima o creativa.
  • Cree en tu intuición, cada vez que la oigas dala un SI, para que cada vez tome más volumen y dale las GRACIAS. Al reconocerla podrás escucharla cada vez con más claridad.
  • Ejercita la escucha corporal cada día. Es a través del entrenamiento corporal como podrás escuchar mejor los mensajes       que este te envía. Pon la alarma tres veces al día y párate un minuto y observa cual es la emoción o emociones que están más presentes. A continuación haz un escáner corporal y date cuenta si tienes algún punto de dolor o encuentras partes de tu cuerpo más contraídas. Y por       último siente cual es la energía disponible que tienes en ese momento, ponle una puntuación del 0 al 10, y toma conciencia de si estás haciendo un uso ecológico de esta o estas pasando por encima de tus posibilidades.
  • Fíjate como te habla tu intuición, a través de que parte del cuerpo se expresa (corazón, boca del estómago, abdomen, frente…), que lenguaje utiliza (imágenes, sensaciones, palabras…) y en que momentos suele aparecer. Se trata de comenzar a entablar una relación con alguien que sabes que va a ser muy importante para ti en tu vida. Ponte curiosa, invítala, preséntate, viaja con ella, deja que te inspire.

Observa los mensajes. Fija un momento del día: mañana, tarde o noche alternativamente durante una semana y observa los mensajes que te va enviado tu cuerpo en las diversas situaciones: cambios de energía, intuiciones, reacciones y sensaciones viscerales. Al final de cada día reflexiona sobre el posible significado de los mensajes.